Un cuento con realidad de lo que pasa en muchos pueblos de nuestras Islas Canarias.

*Un cuento con realidad de lo que pasa en muchos pueblos de nuestras Islas Canarias.*

Vivía en un pequeño barrio al norte de la Gran Canaria junto al mar. Rodeado de plataneras con aguacateros y limoneros en sus lindes. Casas terreras y apenas tres pequeños edificios con patio, de no *más* de diez viviendas. Un bazar que vendía de casi todo y lo que no tenía lo pedías y al día siguiente lo traían. Una tienda bar donde adquirir lo necesario para el potaje, el gofio, la leche de cabra, el cacho queso y los fiambres. Donde echarse unos “piscos” con unas tapas y conversar. También servía para dejar las cartas a modo de buzón y con toda garantía *llegaban* a su destino, después de que el cartero las recogiera, y si no estabas por el barrio te dejaba las que te enviaban. El pan a las seis de la mañana ya colgaba en las puertas, en sus talegas. Al panadero no lo veías sino de vez en cuando, porque el dinero lo depositabas en un cartucho, que retiraba antes de dejar el pan y por supuesto te devolvía tras coger el dinero. Nada se tiraba, nada se reciclaba industrialmente, todo se reutilizaba. Todas y todos se conocían y se jugaba en la calle, en la que casi no existía tráfico y los pocos coches aparcaban sin problema y ni se notaban. Si tenías que ir para La Villa, para Gáldar o la capital, con mirar por la ventana, veías si el coche de la vecina o el vecino que tenía ese destino, no había salido y te acercabas a preguntar si te podían alcanzar. Las obras de reparaciones de viviendas eran entre *semana* y se realizaban con la misma vecindad, *había* electricistas, albañiles, pintores, hasta mecánicos. Las casas no usaban llaves y sus puertas permanecían abiertas, nadie entraba sin tocar y pedir permiso: ¿se puede?, pase, pase …Maricarmen, *¿qué* fue? Había un médico que no tenía consulta, la tenía en Guía pero cuando volvía al barrio atendía las pequeñas dudas y *él* conocía las debilidades, casi siempre recomendaba un baño en la piscina o pasear en la orilla y sobre todo respirar, respirar y con tranquilidad. Los domingos la tranquilidad llenaba el barrio, solo interrumpida por los pequeños gritos de las niñas y niños que eran alegría. El olor de las comidas que se preparaban *,* se fundía con la maresía. Y pal verano se hacían asaderos en la playa entre los callaos. Se cogían lapas, pulpos y burgaos. Solo las que estaban para comer y nunca las que se estaban reproduciendo. Juanito, Carmelo, Pepe echaban unos lances y siempre caía algo, herreras, sargos, fulas,…. Luego empezaron a desaparecer las plataneras, que con sus excedentes suministraban plátanos al barrio. Vendieron la tierra y sacaron toneladas de arena que había bajo ellas. Grandes camiones, excavadoras y tractores trabajaron sin cesar hasta convertirlas en solares. Ampliaron la carretera general y los carriles dirección norte quedaron pegados a las viviendas; dejó de oírse el mar, las gaviotas, las pardelas y ahora se escuchan motores de automóviles y motos. Los coches y furgones se apelotonan unos junto a otros en la calzada, en las aceras, en los solares. No tienes por donde pasar con una silla de rueda o un carrito de bebé, si no es por la calzada y sorteando coches. Se alquilan casas de las que se han ido echando a los mayores, por habitaciones, incluso en las azoteas han hecho pequeños cuartos con su cama y baños comunes.
Las casas viejas no se cuidan y se dejan caer y cada vez hay *más* solares. Nuevos grandes restaurantes empiezan a surgir y se van quedando con espacios comunes para aparcamientos, para contenedores apestosos de basura. Inmobiliarias y hoteleros recorren los solares y se reúnen con concejales y por supuesto con el alcalde. Ya no se habla del consultorio médico y de la farmacia tan necesaria. Solo se habla de recalificar, de grandes hoteles, de centros comerciales. No interesa repoblar y el poco arbolado, pequeños jardines y huertos comunitarios van desapareciendo. Es tal la locura que quieren cambiar el callao por arena dorada y construir un dique que cambiará las olas y con ello la fauna. Todavía estamos a tiempo de conservar y defender al barrio. De que sea el lugar que *tú* y yo queremos para nuestras hijas e hijos, en armonía con el medio natural. Donde el progreso no sea a consta de destruir los recursos naturales. Donde la solidaridad y los valores cívicos y sociales estén por encima de todo.

Javier Marrero.

¡Ay Valleseco, como hueles a tomillo!

¡Ay Valleseco, como hueles a tomillo!

¡Ay Valleseco, como hueles a tomillo!

El otro día hablando con unos conocidos, me decían que Valleseco se veía en menos de una hora, que si la Iglesia, el mercado y un poco más. Bueno, yo me puedo pasar muchos días y no lo vería todo.

Vamos de paseo por Valleseco. Comenzamos a la salida de Cueva Corcho y echamos dirección hacia Caldereta, entre los bellos barrancos de  La Virgen y Madredelagua. La variedad en flora y fauna es impresionante. A la salida nos encontramos con Los Lavaderos, a lo largo del camino encontramos tres mas de menor tamaño. Todavía tienen uso y es un buen lugar para charlar y conocer a sus gentes. Llegado a Lanzarote (barrio, llamado así por la población de conejeros (lanzaroteños) que vieron para la construcción de la carretera y se asentaron en este lugar, cuando Valleseco era municipo de Teror.), nos encontramos con un mirador en donde el paisaje verde, salpicado de flores, nos muestra gran parte del municipio. Lanzarote, cuenta con tres restaurantes, una tienda y una carnicería con carne ecológica, El Catire. En el restaurante de Los Rubios suelen tener por temporadas, nueces, almendras, ciruelas, naranjas, papas y siempre tienen queso  , tierno, semi y curado. Antes de llegar a la plaza de Santa Rosa, tomamos a la derecha y entre tomillos, oréganos, poleos y mentas, nos encontramos construcciones de piedras (casas y cuartos de apero), entre las fincas de papas y de frutales, principalmente manzanos y ciruelos. A la salida, llegando al casco y antes de la panadería está la sidrería. Que a parte de sidra también realizan un buen vinagre de manzana. La Sidrería es moderna, pero la panadería conserva ese olor y ese calor de pan calentito. Camino de la plaza está la casa de la cultura y la biblioteca, también el punto de información turística y la emisora municipal.

La calle se llena de olor a millo tostado y en nada estamos en el molino de gofio. Un portalón verde que siempre está abierto. Gofio crudo y tostado. Con gran amabilidad los molineros te enseñan  como hacen el gofio. Enfrente está el Ayuntamiento y la plaza. La iglesia de Valleseco guarda un órgano cuya  singularidad  , es que se trata de una joya musical del siglo XVIII, fabricada en Alemania y que llegó vía Hamburgo gracias a importadores asentados en Tenerife. Tras la iglesia a la derecha nos encontramos el mercado ecológico y de productos de la tierra, así como un pequeño museo etnográfico. Con un vasito de sidra y una tapa carne de cochino terminamos por hoy, pero nos queda mucho. La Laguna , el Zumacal, Valsendero,las Troyanas, Monagas,…. Nos vemos por Valleseco. ¡Ay Valleseco, como hueles a tomillo!

¡Ay Valleseco, como hueles a tomillo!

La Chasnosa partera, practicante y santiguadora

La Chasnosa partera, practicante y santiguadora

La Chasnosa partera, practicante y santiguadora

Juana Jerez Fresneda nació en la isla de Tenerife en 1877. Para el pueblo fue La Chasnosa, porque nació en Chasna. Esnifaba rapé y fumaba en cachimba picadura Tamadaba, picada menudita, para que ardiera mejor. De niña se vino para Las Palmas de Gran Canaria, al barrio de Las Alcaravaneras. Tengo un vago recuerdo de ella, sin embargo con mi tío Paye si pasé unos cuantos años y me contó el inicio del barrio. Paye era guardián en el muelle y con veinte años al comprobar una caldera, sufrió un accidente y se quemó totalmente, perdiendo los parpados y el brazo derecho.

Juana Jerez, junto con Francisco Álamo (Paye), edificaron en la calle Ingeniero Salinas, donde fueron a vivir mis abuelos y en donde he pasado mi infancia, a saltos con Mas de Gaminde y Barcelona.

La Chasnosa ejerció principalmente de partera, también de practicante y de santiguadora. He podido localizar algunas de sus herramientas. Una caja de madera con un hacha, un cuchillo, una navaja, un metro de cinta y una especie de forceps artesanal. Aquí entre nosotros, me da escalofríos.

Gracias a la memoria oral de mis abuelos, tíos y mis padres he podido recuperar el siguiente “rezado”:

“Santísimo justo juez, bendito hijo de Santa María, que mi cuerpo no se asombre, ni mi sangre sea perdida.

Por donde quiera que vaya y venga las manos de mi señor San Juan, delante las tenga.

Las de mi señor San Andrés antes y después. 

Las de mi señor San Blas, delante y detrás.

Las de la Virgen María que vayan y vengan.

Que mis enemigos salgan con ojos y no me vean.

Salgan con justicia y no me prendan.

Salgan con alma y no me ofendan.

Con el paño que fue cubierto nuestro Señor Jesucristo, sea cubierto mi cuerpo.

Que no sea herido ni muerto, ni en la cárcel puesto, ni en la venganza.

Si en este día hubiera alguna venganza en contra de mi, que se revoque con la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Los tres clavos y la Cruz vayan delante de mi.

Jesucristo murió en ella, que hable y responda por mi y ablande los corazones que vengan en contra de mi.”

La Chasnosa partera, practicante y santiguadora

En Lairaga

En Lairaga

En Lairaga

Una mirada que surfea sobre el azul,

viendo la punta de Anaga.

Se alza al cielo abrazada a los Alisios.

Gaviotas, levanta piedras, garzas y pardelas.

Pulpos, sargos, burgaos y lapas.

Las vecinas y vecinos

conversan en La Caleta,

en la “ele”

entre la piscina y boquines

junto a la rampa.

Huele a mar, a hogar, a vida

en La Costa Lairaga

Playa en donde Tomás Morales se bañaba

y escribía Las Rosas de Hércules

en esta costa del Norte de Gran Canaria.

En LairagaEn Lairaga

Pijo, cariños de un isleño

Pijo, cariños de un isleño

Pijo, cariños de un isleño

Desde Murcia me asomo al mundo, un isleño de barrancos, playas y acantilados, en tierras llanas huertanas.Pijo, cariños de un isleño

Atravesar la finca de limoneros que llevan al hogar. Azules cielos, espléndidos atardeceres desde la Fuensanta, siempre buscando en el horizonte el mar. Horizonte en Monte Pinar, como si el roque Aguayro y Tara se impulsaran.Pijo, cariños de un isleño

Desde las ruinas del Castillo de La luz, que me evocan a mi tierra natal, sentir la paz, la felicidad, el parecer volar, fundiéndose en un cielo que luce aquí y allá.

Murcia tiene aroma a azahar, a migas de pelotas, de carne o bacalao. A besos, a buena gente, justicia, a fraternidad.

Desde Mazarrón huele a mar y busco la silueta del Majestuoso Teide, sin darme cuenta que no estoy en Agaete. Sintiendo la misma felicidad.

No es San Cristobal (barrio costero gran canario), no es océano. Es mar, la misma lucha, el mismo sentir.

Plaza de La Merced, cuantos encuentros y abrazos, vivencias de Iberos, de Patíos, de Perro verde, de Itaca, de instituto y de universidad.

Desde el barrio La Paz (que ironía de nombre), hasta el Carmen, por la vía de la democracia, cruzando el Segura y la plaza de las flores, llegando al cuartel de artillería, donde el acuario, cerca de Quijote y caminito del Malecón.

Un isleño en Murcia, mira que hay agua de aquí para allá y de allá para acá.

Caminito a Alicante, está Orihuela, donde los sentido y los amores se hacen gigantes.

…Y “en Orihuela, su pueblo y el mio…”…

Bueno, eso será para otro día, con amor republicano.

Besos….

jmarrero.guineo.esPijo, cariños de un isleño

Fotos de Laura García Hernández y Angeles Marin Martorell..

 

 

 

 

En el año 1939, el 30 de julio

En el año 1939, el 30 de julio

En el año 1939, el 30 de julio

A través de uno de sus nietos ( Jose), me ha llegado el siguiente documento. Significativo en lo que fue el nacional catolicismo, que franco en connivencia con parte del clero, impuso en España. Usando una religión, la católica, como control y sometimiento al régimen fascista. Dios estaba con ellos, que eran los “buenos” y con el resto Satanás.

Doña María de La Luz Sánchez Hernández , natural de Los Portales en Arucas y conocida como Mariquita la Luz, guardó este documento que pasó a sus hijos y estos a sus nietos. En el revés a modo de firma, se lee Mamá Sánchez.

En el año 1939, el 30 de julio

En el año 1939, el 30 de julio se realizó una Peregrinación de Gran Canaria a Teror en acción de gracias a Ntra. Sra. del Pino, por la feliz terminación de la guerra (Año de la victoria). Según dice en el panfleto.

En la acción de gracias, podemos leer:

“….Pero, oh Madre nos asalta e inquieta el pensamiento de que satanás, nuestro enemigo, no nos dejará, y ha de seguir alentando a algunos para proseguir en los frentes del espíritu de la lucha, ya que no pudieron vencer en los campos de batalla. Si vencieran se malograría tantas vidas y tanta sangre derramada…”

“… Madre buena, para que tritures la cabeza de la serpiente infernal para que jamás falte en España la fe y el amor a Dios, y que el espíritu cristiano informe nuestra vida…”

Entre las ofrendas a Nuestra Señora del Pino, figura:

“…Por ti vencimos al enemigo de Dios y la Patria. Nuestra cruzada ha sido gloriosa para ti, Madre dulcísima del Pino…”

La oración final, resume el espíritu del fascismo, que tanta muerte, desapariciones,  desgracia e injusticia trajo a España, con 40 años de dictadura y que hoy en día continúan sus herederos  con las mismas mañas.

¡ Madre Santísima del Pino que tanto amparo prestastes* a nuestro ejercito en la lucha contra el marxismo, consolida la paz en España, haciendo que sea siempre católica porque solo así se hará Una Grande y Libre.

Que el recuerdo de esta gloriosa cruzada sea imborrable entre los Canarios, tus hijos predilectos. Y que sea una nueva perla engarzada en la corona de Reina que ostentas, ya que tantos hechos gloriosos tienes prendidos en tu manto real.

Dios te Salve María, etc.

Imprimatur. Antonio, Episcopus Canariensis. Las Palmas, 21 de julio de 1939

En el año 1939, el 30 de julio

Voy a “confesarme”

Voy a “confesarme”

Voy a “confesarme”

Hace unos meses maté y enterré a un gran compañero. De esos amigos que surgen en la adolescencia. Esos primeros, que dicen “son para toda la vida”. Nos conocimos en la pandilla, joviales y felices. Esos amores tontos que continúan, sin saber bien por qué . Pero que no podíamos vivir separados en ningún momento. Compañero en los estudios, en el trabajo, en las caminatas, en la escalada, en la navegación. En las asambleas, manifestaciones y en las fiestas. El compañero con el que te entretenías en las esperas. Juntos matábamos los tiempos muertos. Vivíamos las penas y las alegrías.

Cuando nos separábamos momentáneamente, seguía estando en todos lados, mirara a donde mirara, fuera a donde fuera. Sentía celos de verlo en labios de otros. No podía vivir sin su olor, sin su tacto, sin su sabor.

Las trayectorias en carreteras eran monótonas y aburridas sin su compañía. Cuando nadie estaba, el siempre diligente, ardiente y humeante me acompañaba. Nunca me abandonaba estaba anclado dentro de mi.

Cuando no estaba en casa y se hacía tarde, salía a las calles, a su encuentro. Pero el paso de los años, el ir madurando y envejeciendo me hicieron ver que esta maravillosa relación de casi cuarenta años, era tóxica, asfixiante, acaparadora, absurda, letal. Amor asesino, embaucador. Ceguera, que se convierte en algo crónico, un vicio perjudicial, una rutina con mal camino a la tumba.

Ya no podíamos andar juntos, ya el corazón nos fallaba, no compartíamos el mismo aire.

Amigo, sabes que me costó mucho matarte, pero discúlpame compañero, si no te mato a ti, ya tu me estabas matando.

No te olvidaré nunca. Adiós tabaco. Ahora fumo vida.

Voy a “confesarme”

El Timple que se hizo nube

El Timple que se hizo nube

El Timple que se hizo nube

Lágrimas secas

húmedas de soledad.

Caminos

donde nacen, viven

y desaparecen poetas.

Versos rotos

en poemas de ruidos.

Armoniosas canciones

que ablandan las tormentas.

El viento se hace caballo

míralo al paso,

trota, galopa.

Sus crines se enredan

entre las cabelleras

de pelos dorados y oscuros.

De caricias, de aire

de raíces

de sangre que corre por las venas.

De sueños difíciles

de músicas inolvidables

de nuevos acordes

que han surgido

de notas sueltas.

De ser

de seguir siendo

De espacios, de tiempos.

Al paso, al paso, al trote

al galope.

Riendas amables.

Ucronías que alegra y

engalana el presente.

Noches, días, atardeceres,

amaneceres en la Vía Láctea.

Con una sonrisa en la lucha

y en la calma.

Luna y estrellas.

Segundos, minutos, horas, días,

semanas, meses, años cabalgando.

Anhelando, buscando la ola

que en tubo, te pasee sobre la espuma

y te lleve a acariciar la playa.

Hundir el cuerpo en la arena tibia

Contar conchas, nubes y aves.

Dibujar horizontes nuevos,

estar por la vida

por los mismos lugares.

Sonriente, agradecido.

Hay que reconocer que a veces

cerca de la derrota

otras de la victoria, pero siempre

esa mirada, esos labios amantes.

Esas manos, dedos mágicos.

Esa manera de buscar la verdad

y llegar al alma.

Humilde

con esperanza de olas y nubes

de esas que mojan

que viajan.

Colores de vida

que tornan grises en ocasiones.

La vida tiene mas emes,

la vida embriaga.

Con el Atlántico convertido

en algodones viajeros.

Con timples, sonidos de cuerdas del alma.

Clavijero, traste, caja, boca y puente.

Cinco cuerdas cabalgando por las nubes

Lloviendo música al paso, al trote

al Galope…

El Timple que se hizo nube

Yo no quiero tus Hoteles de cemento

Yo no quiero tus Hoteles de cemento

Yo no quiero tus Hoteles de cemento

Yo no quiero tus Hoteles de cemento,
de piscinas de cloro.
Yo no quiero aparcamientos
de negro caldeado asfalto,
yo no quiero tus comercios
de franquicias y malos alimentos.
Yo no quiero tus inventos
de parques temáticos.

Yo quiero nuestro Tauro, nuestro Medio Almud y Los Frailes
Con su marisco, con vecinos y foráneos.
Sin luces, con cielos estrellados.
Con días de sol radiante.
Con sus lechugas de mar,
sus uvillas, tarajales, pinchos y lecheruelas.
De piedra, de arena negra o dorada.
De mar limpio, azules y verdes
charcones de destellos brillantes.

Yo quiero ir a la playa
a la de todos.

Yo quiero que tu te vayas
y dejes en paz
a nuestra Costa Canaria.

Yo no quiero tus Hoteles de cemento
PLAYA DE LOS FRAILES. MOGAN

Yo ni GYM ni WEY

Yo ni GYM ni WEY

Yo ni GYM ni WEY

Ayer me encontré a la entrada de un gimnasio de la capitá con antiguos compañeros de clase, del cole, de hace no se cuantos años. Muy juveniles ellos, con sus calvas, canas, arrugas y esas cosas que nos salen con el tiempo. Volvieron a animarme para que me apuntara al gym, que es como le llaman ahora. Yo por mucho que los miraba de arriba abajo no le encontraba la gracia. Saben que desde siempre he estado en contra de los gimnasios. Esos espacios cerrados, sudando y respirando lo irrespirable. Antesala de traumatólogos y fisioterapeutas y encuentro de gripes y hongos. Yo sigo con mi naturaleza, al golpito, sin machacarme. Para ellos eso es no haber madurado. Y ya la repanocha cuando me dicen que a nuestras edades deberíamos tomar WEY. Me sonó a un buen chuletón y bueno no se le hace asco. Pero cuando me dicen que el wey lo compran en polvo y lo mezclan con agua empecé a indagar y vete pa´la mierda con el WEY. Lo llevo tomando desde pequeñito, siempre han habido cabras cerca y se han hecho quesos. Y en la actualidad creo que lo consumo en mayor cantidad, mezclado en queques, en la leche, en el yogur, con frutas. Y se llama TABIQUE. Así que para ustedes el gimnasio y el wey. Yo ni GYM ni WEY, sigo con nuestras playitas, nuestro campo y con el TABIQUE.

Yo ni GYM ni WEY