Allá por el 15 de noviembre de 1974 en Las Alcaravaneras.

Allá por el 15 de noviembre de 1974, las vecinas y vecinos de Las Alcaravaneras, asistimos a un aparatoso incendio en el paseo de Chil.

Olía todo el barrio, interiores de las casas y la ropa, a plástico quemado. Tuvimos para tres días de entretenimiento y algunas veces de temor, por la explosiones de las bombonas de butano.

Nosotros estábamos en plena adolescencia, jugábamos al fútbol en la calle Concepción Arenales y en el edifico de la Shell . Liguillas de equipos entre los que figuraban el Rompiraja, el Valvoline y el Arenales.

Detrás del edifico de Marina, por encima del de Aviación, junto al edificio de Cepsa, los domingos se convertían en sendos campos de fútbol.

Con porterías y todo ehhh… sin largueros pero se intuían por la altura del portero. Las hacíamos con un cacharro de leche LITA, un palo escoba y un viaje de teniques.

La mayoría de las veces el equipaje era sencillo, un equipo con camisetas y otro sin camisa, estaba permitido hasta jugar descalzo.

Se pintaba en la carretera el campo y la linea de contención de los aficionados, que dicho sea de paso no servía para nada.

Cuando estabas concentrado en una jugada, no es que te tiraran algo, es que hasta un jodío padre o tío te daba un tollazo.

La típica bronca, arbitro, aficionado, entrenador, pero luego se resolvía y hasta el que te daba el leñazo te traía un helado del bazar de Hurtado.

Como todo partido de fútbol, cuando no se empata, alguien gana y otro pierde.

Todos estos chiquillos, nos sentábamos en los parterres de Paseo de Chil y en las azoteas de nuestras casas a ver la fábrica de colchón FLEX arder de forma endemoniada.

Ver como corrían con sus sirenas las cubas del cuartel cercano de aviación (ese que todas las mañanas nos tocaba la corneta, con su quinto levanta de los cojones), a la playa de Las Alcaravaneras para cargar agua e intentar apagar el fuego. Que este, entre lenguas de colores azules, negros, amarillas y bermejas, se «meaba» de las mangueritas, algunas no llegaban ni al edificio.

A una de las cubas se le soltó la manguera y nos lo pasamos pipa, era atardeciendo y entre fuego y agua aquello parecía un ritual.

Fútbol, edificio de la Fábrica de Colchones Flex, incendio ¿Por qué mezclo todo esto? Todavía sigo pensando que la fábrica no es que metiera un gol, si no que ganó por tupía. ¿O no?

Javier Marrero 2015
Foto: LpDlp.