Por el cine Goya

Por los años cincuenta, los jueves en el cine Goya, era el día de las «féminas». Ese día no pagaban, y la calle Manuel González Martín era un hervidero de chiquillas y chiquillos que hacían cola en la heladora, o en el carrito de Angelita «la negra». Mi abuelo era uno de los porteros y con ello las tareas colaterales de mantenimiento del bar, limpieza, etc… Cuando se acababan las películas les traía a sus hijos los carteles que podía salvar, teníamos empapeladas todas las habitaciones. En el intermedio salía Pepe Monagas y se» largaba»sus cuentos, levantando risas y hasta lágrimas, se cuenta que alguna «meada», por lo menos se oía…ayquememeotoa…. Si alguien tosía, le decía:… «agüita de caña de limón con rapaura»…La publicidad de Kruger y Seven Up invadían todo , en la pantalla, en las paredes y hasta el propio Monagas, con su famoso..»No gracias, fumo Kruger». Otro acompañante publicitario de la época era el del ron de Arucas…»buen ron cristiano ¿de donde dice que es??..de Arúcas». Y luego de vez en cuando «Soberano, Ponche Caballero y Lejía el Guerrero, lava la señora, lava el caballero». La perrita que tuvimos, como no podía ser de otra forma, se llamó CIFESA (Compañía Industrial de Film Español, S.A). El cine Goya no solo proyectó películas, sirvió de espacio para las matiné de los sábados, que competían con las del cine Rialto. Para actuaciones varias, teatro, cantantes, zarzuelas, grupos y hasta algún baile cayó. Las primeras películas eran mudas, un piano ponía la música y un relator explicaba lo que había en las imágenes. Aquellos cines de barrio, no lo del sábado por la tarde. Si no el de los jueves, sábados y domingos, cercanos a casa, que se iba andando, en donde se hicieron muchos noviazgos.