De cuando atropellaron a El Galleta en la calle mayor de Triana

De cuando atropellaron a El Galleta en la calle mayor de Triana

¡ Me han matado! ¡ Me han matado!!!!!…….¡ Que alguien lo detenga! Gritaba «El Galleta» ( se le conocía así por su «monstruosa» afición a las Tamaran y a las Bandamas), a eso de las tres y pico de la madrugada, después de haber cerrado el Gabinete Literario, el Madrid,el Casino, el Cuasquías, el Bingo Parque y la Floridita.

Tirado en la calle Triana, seguía gritando agarrado a una rueda de un seat 127, que estaba aparcado en el margen derecho, según se viene del puerto, justo enfrente de Galerias Lorens.

¡Que venga la Cruz Roja!….

¿La Cruz Roja?…Borracho mielda, vete pa´tu casa, gandú pendejúo. Lo que te voy a largar un balde de agua fría…. Gritaba una sombra desde los balcones sobre el Bazar New York.

El Galleta: Discuuurrrpemeee señorraa, si se le ha falrrtado en arlgo. Pero me acaban de atropellar y tengo el tino mas pallá que pacá. Pero se acepta ese ron, pero sin el agua fría, que si me lo rebaja me sienta mal.

La Sombra: Yasss coño…valiente malcriado, rebenque… Sabes lo que voy a hacer….voy a llamar a la policía.

Esta batalla se llevó su hora y media, pero de las largas. Se hacían las 5.30 de la madrugada, mas o menos.

Mas sereno enrumbó hacia la churrería del mercado, allá en Vegueta. Atravesó el Guiniguada. En ese amanecer y lo que tiene el alcohol, se puso bobilín recordando cuando tiraba piedras al cauce. Se le hacía tarde para ir a fichar, el reloj de la catedral tañía los metales marcando las seis.

E.G.: ¡¡¡¡¡Dos cafenesileches oscuritos y media docena de churros. Un vaso de sevenup y otro de clipper de naranja,..!!!!

Llegó a tiempo, para esto es muy puntual.

Allí, cumplidor estaba El Galleta, entre el barullo de los que traían sus productos del campo, otros del puerto, algunos del aeropuerto y otros, ¿como no?Como el, porque era el único abierto a esas horas que servía copas.

E.G: Dígame si se le debe algo y ponga un cartadioro de penúltima….Y rianga pa´dentro y la otra penúltima también.

Ya era sábado, día libre. Oliendo a la fó de la depuradora, por Rafael Cabrera, todo rectito, de aquella manera, llegó al Hoyo. Se subió al UTINSA, y…. pa´l Monte…De Belingo nos vamos pa´l Monte….