En Lairaga

En Lairaga

En Lairaga

Una mirada que surfea sobre el azul,

viendo la punta de Anaga.

Se alza al cielo abrazada a los Alisios.

Gaviotas, levanta piedras, garzas y pardelas.

Pulpos, sargos, burgaos y lapas.

Las vecinas y vecinos

conversan en La Caleta,

en la “ele”

entre la piscina y boquines

junto a la rampa.

Huele a mar, a hogar, a vida

en La Costa Lairaga

Playa en donde Tomás Morales se bañaba

y escribía Las Rosas de Hércules

en esta costa del Norte de Gran Canaria.

En LairagaEn Lairaga

Pijo, cariños de un isleño

Pijo, cariños de un isleño

Pijo, cariños de un isleño

Desde Murcia me asomo al mundo, un isleño de barrancos, playas y acantilados, en tierras llanas huertanas.Pijo, cariños de un isleño

Atravesar la finca de limoneros que llevan al hogar. Azules cielos, espléndidos atardeceres desde la Fuensanta, siempre buscando en el horizonte el mar. Horizonte en Monte Pinar, como si el roque Aguayro y Tara se impulsaran.Pijo, cariños de un isleño

Desde las ruinas del Castillo de La luz, que me evocan a mi tierra natal, sentir la paz, la felicidad, el parecer volar, fundiéndose en un cielo que luce aquí y allá.

Murcia tiene aroma a azahar, a migas de pelotas, de carne o bacalao. A besos, a buena gente, justicia, a fraternidad.

Desde Mazarrón huele a mar y busco la silueta del Majestuoso Teide, sin darme cuenta que no estoy en Agaete. Sintiendo la misma felicidad.

No es San Cristobal (barrio costero gran canario), no es océano. Es mar, la misma lucha, el mismo sentir.

Plaza de La Merced, cuantos encuentros y abrazos, vivencias de Iberos, de Patíos, de Perro verde, de Itaca, de instituto y de universidad.

Desde el barrio La Paz (que ironía de nombre), hasta el Carmen, por la vía de la democracia, cruzando el Segura y la plaza de las flores, llegando al cuartel de artillería, donde el acuario, cerca de Quijote y caminito del Malecón.

Un isleño en Murcia, mira que hay agua de aquí para allá y de allá para acá.

Caminito a Alicante, está Orihuela, donde los sentido y los amores se hacen gigantes.

…Y “en Orihuela, su pueblo y el mio…”…

Bueno, eso será para otro día, con amor republicano.

Besos….

jmarrero.guineo.esPijo, cariños de un isleño

Fotos de Laura García Hernández y Angeles Marin Martorell..

 

 

 

 

En el año 1939, el 30 de julio

En el año 1939, el 30 de julio

En el año 1939, el 30 de julio

A través de uno de sus nietos ( Jose), me ha llegado el siguiente documento. Significativo en lo que fue el nacional catolicismo, que franco en connivencia con parte del clero, impuso en España. Usando una religión, la católica, como control y sometimiento al régimen fascista. Dios estaba con ellos, que eran los “buenos” y con el resto Satanás.

Doña María de La Luz Sánchez Hernández , natural de Los Portales en Arucas y conocida como Mariquita la Luz, guardó este documento que pasó a sus hijos y estos a sus nietos. En el revés a modo de firma, se lee Mamá Sánchez.

En el año 1939, el 30 de julio

En el año 1939, el 30 de julio se realizó una Peregrinación de Gran Canaria a Teror en acción de gracias a Ntra. Sra. del Pino, por la feliz terminación de la guerra (Año de la victoria). Según dice en el panfleto.

En la acción de gracias, podemos leer:

“….Pero, oh Madre nos asalta e inquieta el pensamiento de que satanás, nuestro enemigo, no nos dejará, y ha de seguir alentando a algunos para proseguir en los frentes del espíritu de la lucha, ya que no pudieron vencer en los campos de batalla. Si vencieran se malograría tantas vidas y tanta sangre derramada…”

“… Madre buena, para que tritures la cabeza de la serpiente infernal para que jamás falte en España la fe y el amor a Dios, y que el espíritu cristiano informe nuestra vida…”

Entre las ofrendas a Nuestra Señora del Pino, figura:

“…Por ti vencimos al enemigo de Dios y la Patria. Nuestra cruzada ha sido gloriosa para ti, Madre dulcísima del Pino…”

La oración final, resume el espíritu del fascismo, que tanta muerte, desapariciones,  desgracia e injusticia trajo a España, con 40 años de dictadura y que hoy en día continúan sus herederos  con las mismas mañas.

¡ Madre Santísima del Pino que tanto amparo prestastes* a nuestro ejercito en la lucha contra el marxismo, consolida la paz en España, haciendo que sea siempre católica porque solo así se hará Una Grande y Libre.

Que el recuerdo de esta gloriosa cruzada sea imborrable entre los Canarios, tus hijos predilectos. Y que sea una nueva perla engarzada en la corona de Reina que ostentas, ya que tantos hechos gloriosos tienes prendidos en tu manto real.

Dios te Salve María, etc.

Imprimatur. Antonio, Episcopus Canariensis. Las Palmas, 21 de julio de 1939

En el año 1939, el 30 de julio

Voy a “confesarme”

Voy a “confesarme”

Voy a “confesarme”

Hace unos meses maté y enterré a un gran compañero. De esos amigos que surgen en la adolescencia. Esos primeros, que dicen “son para toda la vida”. Nos conocimos en la pandilla, joviales y felices. Esos amores tontos que continúan, sin saber bien por qué . Pero que no podíamos vivir separados en ningún momento. Compañero en los estudios, en el trabajo, en las caminatas, en la escalada, en la navegación. En las asambleas, manifestaciones y en las fiestas. El compañero con el que te entretenías en las esperas. Juntos matábamos los tiempos muertos. Vivíamos las penas y las alegrías.

Cuando nos separábamos momentáneamente, seguía estando en todos lados, mirara a donde mirara, fuera a donde fuera. Sentía celos de verlo en labios de otros. No podía vivir sin su olor, sin su tacto, sin su sabor.

Las trayectorias en carreteras eran monótonas y aburridas sin su compañía. Cuando nadie estaba, el siempre diligente, ardiente y humeante me acompañaba. Nunca me abandonaba estaba anclado dentro de mi.

Cuando no estaba en casa y se hacía tarde, salía a las calles, a su encuentro. Pero el paso de los años, el ir madurando y envejeciendo me hicieron ver que esta maravillosa relación de casi cuarenta años, era tóxica, asfixiante, acaparadora, absurda, letal. Amor asesino, embaucador. Ceguera, que se convierte en algo crónico, un vicio perjudicial, una rutina con mal camino a la tumba.

Ya no podíamos andar juntos, ya el corazón nos fallaba, no compartíamos el mismo aire.

Amigo, sabes que me costó mucho matarte, pero discúlpame compañero, si no te mato a ti, ya tu me estabas matando.

No te olvidaré nunca. Adiós tabaco. Ahora fumo vida.

Voy a “confesarme”

El Timple que se hizo nube

El Timple que se hizo nube

El Timple que se hizo nube

Lágrimas secas

húmedas de soledad.

Caminos

donde nacen, viven

y desaparecen poetas.

Versos rotos

en poemas de ruidos.

Armoniosas canciones

que ablandan las tormentas.

El viento se hace caballo

míralo al paso,

trota, galopa.

Sus crines se enredan

entre las cabelleras

de pelos dorados y oscuros.

De caricias, de aire

de raíces

de sangre que corre por las venas.

De sueños difíciles

de músicas inolvidables

de nuevos acordes

que han surgido

de notas sueltas.

De ser

de seguir siendo

De espacios, de tiempos.

Al paso, al paso, al trote

al galope.

Riendas amables.

Ucronías que alegra y

engalana el presente.

Noches, días, atardeceres,

amaneceres en la Vía Láctea.

Con una sonrisa en la lucha

y en la calma.

Luna y estrellas.

Segundos, minutos, horas, días,

semanas, meses, años cabalgando.

Anhelando, buscando la ola

que en tubo, te pasee sobre la espuma

y te lleve a acariciar la playa.

Hundir el cuerpo en la arena tibia

Contar conchas, nubes y aves.

Dibujar horizontes nuevos,

estar por la vida

por los mismos lugares.

Sonriente, agradecido.

Hay que reconocer que a veces

cerca de la derrota

otras de la victoria, pero siempre

esa mirada, esos labios amantes.

Esas manos, dedos mágicos.

Esa manera de buscar la verdad

y llegar al alma.

Humilde

con esperanza de olas y nubes

de esas que mojan

que viajan.

Colores de vida

que tornan grises en ocasiones.

La vida tiene mas emes,

la vida embriaga.

Con el Atlántico convertido

en algodones viajeros.

Con timples, sonidos de cuerdas del alma.

Clavijero, traste, caja, boca y puente.

Cinco cuerdas cabalgando por las nubes

Lloviendo música al paso, al trote

al Galope…

El Timple que se hizo nube

Yo no quiero tus Hoteles de cemento

Yo no quiero tus Hoteles de cemento

Yo no quiero tus Hoteles de cemento

Yo no quiero tus Hoteles de cemento,
de piscinas de cloro.
Yo no quiero aparcamientos
de negro caldeado asfalto,
yo no quiero tus comercios
de franquicias y malos alimentos.
Yo no quiero tus inventos
de parques temáticos.

Yo quiero nuestro Tauro, nuestro Medio Almud y Los Frailes
Con su marisco, con vecinos y foráneos.
Sin luces, con cielos estrellados.
Con días de sol radiante.
Con sus lechugas de mar,
sus uvillas, tarajales, pinchos y lecheruelas.
De piedra, de arena negra o dorada.
De mar limpio, azules y verdes
charcones de destellos brillantes.

Yo quiero ir a la playa
a la de todos.

Yo quiero que tu te vayas
y dejes en paz
a nuestra Costa Canaria.

Yo no quiero tus Hoteles de cemento
PLAYA DE LOS FRAILES. MOGAN

Yo ni GYM ni WEY

Yo ni GYM ni WEY

Yo ni GYM ni WEY

Ayer me encontré a la entrada de un gimnasio de la capitá con antiguos compañeros de clase, del cole, de hace no se cuantos años. Muy juveniles ellos, con sus calvas, canas, arrugas y esas cosas que nos salen con el tiempo. Volvieron a animarme para que me apuntara al gym, que es como le llaman ahora. Yo por mucho que los miraba de arriba abajo no le encontraba la gracia. Saben que desde siempre he estado en contra de los gimnasios. Esos espacios cerrados, sudando y respirando lo irrespirable. Antesala de traumatólogos y fisioterapeutas y encuentro de gripes y hongos. Yo sigo con mi naturaleza, al golpito, sin machacarme. Para ellos eso es no haber madurado. Y ya la repanocha cuando me dicen que a nuestras edades deberíamos tomar WEY. Me sonó a un buen chuletón y bueno no se le hace asco. Pero cuando me dicen que el wey lo compran en polvo y lo mezclan con agua empecé a indagar y vete pa´la mierda con el WEY. Lo llevo tomando desde pequeñito, siempre han habido cabras cerca y se han hecho quesos. Y en la actualidad creo que lo consumo en mayor cantidad, mezclado en queques, en la leche, en el yogur, con frutas. Y se llama TABIQUE. Así que para ustedes el gimnasio y el wey. Yo ni GYM ni WEY, sigo con nuestras playitas, nuestro campo y con el TABIQUE.

Yo ni GYM ni WEY

 

Recotín, recotán……

Recotín, recotán……

Recotín, recotán……

«Recotín, recotán

Recotín, recotán

al lado de la mar,

del palacio a la cocina

¿Cuántos dedos hay encima?»

Juego infantil en que uno de rodillas, esconde la cabeza entre las piernas de otro mientras los demás lo golpean en la espalda con la mano o con el codo, al tiempo que dicen cantando recotín recotán.

Cuando se acaba la canción, ponen la mano con uno o varios dedos que tiene que adivinar el que se queda. Si acierta se libra, sino le cantan:

«Si hubieras dicho…(el número correcto)

no me mintieras

los golpes que llevaste tu me los diera.»

 

*Calle en los Llanos de Teror. Gran Canaria.

Valleseco “1746 Aqua Labor et Terra 1842”

Valleseco “1746 Aqua Labor et Terra 1842”

Valleseco “1746 Aqua Labor et Terra 1842”

Valleseco “1746 Aqua Labor et Terra 1842”Dulcinea del Toboso, en un despiste de Miguel de Cervantes, salió del Quijote de La Mancha y acudió bajo el Barbusano, en La Laguna de Valleseco. Así comenzaba una lucha para la defensa de la Laurisilva, contra los especuladores que enviaban a sus leñadores a talar los árboles y a desecar el embalse. Un recorrido bajo la sombra de tiles, laureles, palo blanco, fayas y brezos, pisando hojarascas sobre un terreno bermejo, nos mostraba a través de diferentes personajes la historia de Valleseco. Doramas, nos habló de las maravillas de La Selva de La Laurisilva, de como se movían en ella y de como le suministraban todo los necesario para vivir, alimentos, medicinas, agua, vestimenta, vivienda.

La razón del nombre de Valleseco viene dada por encontrarse el núcleo ubicado entre dos valles, en otra época ricos en agua, como son Madrelagua y Valsendero. Valleseco era un terreno volcánico y por lo tanto con menores recursos hidráulicos que los otros dos.

Un medianero, nos contó  la necesidad de esa abundante agua para las plantaciones  de  caña de azúcar en la costa, así como la de madera para el refinado en los ingenios azucareros, allá por el siglo XVI. Con este motivo,comienzan a repartirse entre los terratenientes foráneos, las tierras de Teror y resto de medianías . Creándose canales para el traslado del agua y caminos para el acarreo de maderas y carbones.

Valleseco por entonces, era un pago de Teror y es en 1842 , aprovechando la Constitución de Cádiz de 1812, que dio la posibilidad a aquellos núcleos de población que contasen con al menos mil habitantes de constituirse como municipios independientes ,cuando se convierte en el municipio más joven de Gran Canaria.

Estos medianeros, que no eran propietarios de las tierras, servían a los terratenientes y las explotaban. Primero talando y luego con plantaciones de papas, millos, verduras y frutales.

La típica manzana reineta de Canadá, conocida comúnmente como manzana francesa, cuyos primeros cultivos datan de mitad del siglo XIX, se hizo importante, figurando en el escudo del municipio. Últimamente es muy utilizada en la elaboración de sidra, vinagre y repostería.

Al graznido de los patos y ocas, al piar de herrerillos, pinzones y mirlos, se le unía la escuela de música de Valleseco con emocionantes interpretaciones, entre cuerdas y vientos.

Bajo los acebiños, nos inundábamos  de olores verdes y frescos. Un timple y una guitarra, tocados con gran maestría, nos fundían en armonía en tal maravilloso lugar.

Cuando los rayos del sol caían, dando brillos y colores de atardecer a la Laguna. Las aves volvían a sus nidos y las musarañas se preparaban para otra velada, los cerca de 200 participantes nos recostábamos con la melodía de violines y violas,que frotaban sus cuerdas, hábiles manos. Tañían los metales por el casco y nos decía que  se acababa el día.  Se respiraba felicidad y tranquilidad, brindamos con Sidra del Valle y nos emplazamos para el próximo Canto a La Laurisilva.

“1746 Aqua Labor et Terra 1842”.

Valleseco “1746 Aqua Labor et Terra 1842”Valleseco “1746 Aqua Labor et Terra 1842”

A finales de los setenta…esos hippis

A finales de los setenta…esos hippis

A finales de los setenta…esos hippis

A finales de los setenta, principio de los ochenta, una parte de los hippies que pululábamos por Gran Canaria, nos reuníamos en la playa de Tauro. Cerca había un camping, del cual muchos de sus clientes, una vez acabada sus vacaciones engrosaban esta pequeña comuna. En la playa, Orlando tenía un pequeño «tenderete» de «madera de palo» y hojas de palmeras. Unos bidones hacían de nevera y en un pequeño camping gas, cocinaba lapas, pescados y calderos de papas. De la época recuerdo a Kiko Veneno y un poco más adelante a Luis Pastor. El día y la noche siempre estaba acompañada de buena música, danzas, artesanía y poesía.

En 1977 llegaba el Corte Inglés a la capital y aprovechamos para montar nuestras «mantas» a la entrada, en donde vender nuestros trabajos y sacar unos durillos para volver pa´l sur. Esto nos trajo muchos problemas y hubieron muchas detenciones. Pero poco a poco fuimos consiguiendo un espacio. Por cierto, el desayuno era cortesía del C.I., jejejee…. lo que se sacaba del super no tenía alarma. El desayuno era colectivo, por turnos nos tocaba «recolectarlo» para compartirlo entre todos.

Cuando comenzaron a extender sus manos llenas de cemento y asfalto, los señores empresarios de la hostelería, nos visitaban todos los días la Guardia Civil, la de capa, tricornio, zeta y landrover santana. Nos echaron y nos fuimos al LOVE en la presa de Las Niñas por Pajonales. El LOVE, era una antigua casa forestal, que okupamos y en su fachada colocamos el símbolo de la paz y la palabra LOVE. A partir de ahí el lugar se conocía como el LOVE (LOBE).

Las diferente intentonas de desalojo se les frustraban a la Guardia Civil, hasta cuando empezaron a ampliar la carretera hacia el sur y Mogan. La disculpa fue la plantación de María, nos levantaron pa´l aire, varios detenidos, muchos dolores y carreras. Con tractores tiraron el LOVE.

Abandonamos Pajonales y bajamos hasta la Presa de Soria. Nos instalamos en una pequeña casa y unas cuevas, que la mejor forma de acercarse era atravesando la presa a nado. Había un tronco de palmera que hacía de boya para reposar.

Unos alemanes ( no me extraña que detrás estuvieran los de siempre) introdujeron el uso de la semilla del diablo y la cosa fue degenerando. Una buena parte nos retiramos y nos acercamos a las casas deshabitadas cercanas al núcleo de población. Fue una buena experiencia, nos implicamos y tuvimos una buena acogida. Compartimos artesanía, agricultura, atardeceres, amaneceres y alegrías. Los de la otra orilla, poco a poco, unos por deterioro personal y otros por aburrimiento se fueron marchando.

Estos años fueron de lucha constante, dejamos el «hipismo» para los fines de semana, puentes y vacaciones y bajamos a la capital a luchar contra Abengoa.

En cuanto podíamos nos encontrábamos en el Espinillo (barrio de Tejeda que estaba totalmente abandonado, la escuelita nos servía para las asambleas), en el Narices y más tarde por Los Sitios y en la Sorrueda, allá por Tirajana. En las playas de Tiritaña, Medio Almud, y Montaña Arena, dentro de Gran Canaria y todavía nos seguimos encontrando.