Esas cholas que dejan libertad a los ñoños.
Esas cholas que dejan fresquitos los ñames.
Delicia de los dátiles que estuvieron «apretujaos», y que recobran en ella color, vigor y abandono del sudor y de ese color encarnado, tirando a morado.
Esas cholas voladoras de «venpaquín» o de «estatequietodemonio, jodío chiquillo».
Esas cholas surferas, de monte, bugueras, de barrio, de: chacha ponte las cholas y nos vamos pa la playa.
Esas cholas que defienden las plantas de los pies de la arena ardiente hasta la mojada.
Esas cholas que flotan y no se pierden porque parecen que nadan.
Esas cholas, que corren, vuelan, se arrastran y hasta bailan la Rama.
Esas cholas imprescindibles en la fiesta del Agua o en la traída del Barro.
Esas cholas que embellecen las «patas» y Pa’l Charco danzan.
Las Cholas que por la avenida brincan con la Vará del Pescao, La Rama, La Traída del Barro, La Fiesta del Agua,….
Con Cholas, con los dedos al aire…y Rianga!..
Javier Marrero.