El uso de la corona de guirnaldas, que luego la iglesia la convirtió en adviento o Navidad, proviene de la Antigua Roma y forma parte de las celebraciones de año nuevo. Era el regalo más común en estas festividades; se trataban de arreglos «siempre verdes» a los que llamaban Strenae, en homenaje a Strenia, diosa de la salud.
La forma de anillo para los romanos significaba la esperanza de que todo el año reinara salud en el hogar.
También se utilizaban para festejar buenas cosechas, sobre todo el festival Saturnalia, el más importante del año que se llevaba a cabo durante el solsticio de invierno, y donde se honraba a Saturno, dios de la siembra.
El Imperio Romano se extendió por toda Europa, dominando especialmente Alemania y Gran Bretaña, “menos una aldea poblada por irreductibles galos que resiste, todavía y como siempre, al invasor…jjjj”.
A Canarias llega de rebote por los dos lados, el pagano y el religioso.
Nuestras vecinas y vecinos también adornan sus puertas por estas fechas y en nuestra casa nos gusta innovar.
La de este año es de “LA MAR”. Una manualidad para esta época que evoca esa inmensidad. Felices Fiestas.