Las enciclopedias y diccionarios, nuestros “google” de los setenta y los ochenta.
Preparar un trabajo o una lección iba acompañado de una acción previa, que era la selección de los tomos de la enciclopedia que fueran necesarios y por supuesto del diccionario.
Ya en estudios universitarios se usaban diccionarios mas especializados: de sinónimos y antónimos, de tecnicismo, normativo, bilingüe y etimológico, principalmente.
Las enciclopedias,dependiendo cual fuera, se componían de 8 o 10 tomos, mas apéndices especiales y actualizaciones. También las habían mas ilustradas, con láminas de arte, cartas marinas, mapas y planos que podían aumentar los volúmenes hasta mas de una treintena.
Fue a finales del siglo XVIII cuando llegó a España por miembros de la RAE un ejemplar traído desde París, compuesto de 28 volúmenes de ‘L’Encyclopédie’. La primera enciclopedia francesa que contenía todo el saber humano de la época.
Su primera edición fue publicada por Diderot y D’Alembert en París entre 1751 y 1772.
Siguiendo una ordenación alfabética y según el volumen de palabras existentes, los tomos podían ir de la A a la B (A-B) recoger varios tomos para una misma letra (Aa-Az) o varias letras en el mismo tomo (W-Y-Z).
No había familia en época de los 70 y 80 que no se endeudara hasta las cejas adquiriendo un diccionario enciclopédico con el afán de ampliar los horizontes de sus hijas e hijos.
Y ocupaban en el hogar un lugar relevante, la mayoría te la vendían hasta con su propia estantería y sabías si era SALVAT, LARROUSE, ESPASA-CALPE…
Imprescindibles ayer como material de consulta, aplastadas hoy por Google y Wikipedia principalmente y cuyos usuarios que posean un equipo informático no pagan tarifas para acceder a los buscadores de Internet.
Aquellas mesas del salón o la de la cocina y quien era mas afortunado su mesa de estudio, llenas de libros con marcadores de trozos de papel o lápices de colores entre página y página, con la información necesaria, han pasado a estar a la vez en un móvil o en un portatil y al mismo tiempo puedes hablar o chatear, ver el tiempo que hace o hacerte un retrato.
¿A ver cuando dispensan café y un bizcocho de Moya pa’ ir mojando? Oiga, que todo es ponerse, ya con un usb usted puede conectar un vaso calentador o mantenedor y a buchito ir terminando el trabajo.