Pijo, cariños de un isleño
Desde Murcia me asomo al mundo, un isleño de barrancos, playas y acantilados, en tierras llanas huertanas.
Atravesar la finca de limoneros que llevan al hogar. Azules cielos, espléndidos atardeceres desde la Fuensanta, siempre buscando en el horizonte el mar. Horizonte en Monte Pinar, como si el roque Aguayro y Tara se impulsaran.
Desde las ruinas del Castillo de La luz, que me evocan a mi tierra natal, sentir la paz, la felicidad, el parecer volar, fundiéndose en un cielo que luce aquí y allá.
Murcia tiene aroma a azahar, a migas de pelotas, de carne o bacalao. A besos, a buena gente, justicia, a fraternidad.
Desde Mazarrón huele a mar y busco la silueta del Majestuoso Teide, sin darme cuenta que no estoy en Agaete. Sintiendo la misma felicidad.
No es San Cristobal (barrio costero gran canario), no es océano. Es mar, la misma lucha, el mismo sentir.
Plaza de La Merced, cuantos encuentros y abrazos, vivencias de Iberos, de Patíos, de Perro verde, de Itaca, de instituto y de universidad.
Desde el barrio La Paz (que ironía de nombre), hasta el Carmen, por la vía de la democracia, cruzando el Segura y la plaza de las flores, llegando al cuartel de artillería, donde el acuario, cerca de Quijote y caminito del Malecón.
Un isleño en Murcia, mira que hay agua de aquí para allá y de allá para acá.
Caminito a Alicante, está Orihuela, donde los sentido y los amores se hacen gigantes.
…Y “en Orihuela, su pueblo y el mio…”…
Bueno, eso será para otro día, con amor republicano.
Besos….
jmarrero.guineo.es
Fotos de Laura García Hernández y Angeles Marin Martorell..