El Timple que se hizo nube

El Timple que se hizo nube

El Timple que se hizo nube

Lágrimas secas

húmedas de soledad.

Caminos

donde nacen, viven

y desaparecen poetas.

Versos rotos

en poemas de ruidos.

Armoniosas canciones

que ablandan las tormentas.

El viento se hace caballo

míralo al paso,

trota, galopa.

Sus crines se enredan

entre las cabelleras

de pelos dorados y oscuros.

De caricias, de aire

de raíces

de sangre que corre por las venas.

De sueños difíciles

de músicas inolvidables

de nuevos acordes

que han surgido

de notas sueltas.

De ser

de seguir siendo

De espacios, de tiempos.

Al paso, al paso, al trote

al galope.

Riendas amables.

Ucronías que alegra y

engalana el presente.

Noches, días, atardeceres,

amaneceres en la Vía Láctea.

Con una sonrisa en la lucha

y en la calma.

Luna y estrellas.

Segundos, minutos, horas, días,

semanas, meses, años cabalgando.

Anhelando, buscando la ola

que en tubo, te pasee sobre la espuma

y te lleve a acariciar la playa.

Hundir el cuerpo en la arena tibia

Contar conchas, nubes y aves.

Dibujar horizontes nuevos,

estar por la vida

por los mismos lugares.

Sonriente, agradecido.

Hay que reconocer que a veces

cerca de la derrota

otras de la victoria, pero siempre

esa mirada, esos labios amantes.

Esas manos, dedos mágicos.

Esa manera de buscar la verdad

y llegar al alma.

Humilde

con esperanza de olas y nubes

de esas que mojan

que viajan.

Colores de vida

que tornan grises en ocasiones.

La vida tiene mas emes,

la vida embriaga.

Con el Atlántico convertido

en algodones viajeros.

Con timples, sonidos de cuerdas del alma.

Clavijero, traste, caja, boca y puente.

Cinco cuerdas cabalgando por las nubes

Lloviendo música al paso, al trote

al Galope…

El Timple que se hizo nube