Perico anduvo con los ñoños al aire…


Perico anduvo con los ñoños al aire muy ligerito por el jable, pero al llegar al callao se jincó las calamares.

La marea acababa de bajar, los teniques patinaban y no estaba dispuesto a darse otro partigazo, que la última vez tuvo pa varios meses descuajeringao, embarrao cual carne de cochino pa freí con ungüento del bigotúo sloan y en manos de esteleros.

Ahora que hacía buena marea cogió un puño lapas, jacas pa’l engodo y unas jaquillas para ver si le picaban algunas viejas.

Una ola lo trincó desprevenío y lo jincó pal agua. Se ensopó too y enchumbao fue pal chozo pa escurrir la ropa , tenderla y con la esperanza de que la solaja ya hubiera secado la que estaba en la liña.

Estaba seca y se salvó, en vez de escurrirla, la puso en la pileta en remojo para despercudirla.

Se ajeitó los calzones y se fue pal cafetín que ya caía la tarde y le esperaban para el envite.

A lo lejos Pimpa estaba desde las arenas abanandole, … abanandole y el no la conocía, porque le cegaba el sol, se calsó el cachorro hasta las cejas y por si no fuera con el, miró pal piso, dio media vuelta y traspuso.

Pimpa se afrentó …¡fuerte falta de fundamento!, ya verá el farfullero este cuando vuelva meloso, se va a jincá un tuno.

En el cafetín empataron una partida con otra, ron va, ron viene y cuando se dieron cuenta ya era la madrugá, subía la marea y había que dir a pescar.

Javier Marrero